Los mecanismos que dependen de un buen plan de lubricación son muy diversos. La evaluación del impacto que pueda tener la contaminación del lubricante, puede variar significativamente, por ejemplo, si se trata de un motor eléctrico o uno diesel. Veamos a continuación cómo extender la vida útil de los lubricantes.
Un motor que está protegido por su carcaza y otro que está al aire libre, uno que soporta niveles regulares de exigencia y otro que en cualquier momento puede ser estresado hasta sus límites. Sea cual sea el caso, es necesario un buen plan de prevención de la contaminación para el mantenimiento de los lubricantes industriales.
Para un motor típico el valor de compra puede representar solo entre el 2% y el 3% de su costo total de propiedad (TCO, por las siglas en inglés); esto es así porque es necesario considerar el costo de funcionamiento durante toda su vida útil. Además de la compra inicial, la puesta en marcha y el tipo de energía que se consume para su operación, el mantenimiento, el entrenamiento, la documentación, los repuestos y las reparaciones también pueden sumar un porcentaje importante, sin considerar el costo indirecto de paradas que afecten la actividad.
De ahí que, en materia de lubricación industrial, es necesario abordar aspectos específicos de cada instalación y operación. Esto debe reflejarse en una mejora continua de la reducción del costo global, y mejora de la disponibilidad de equipos.
La lubricación de motores cumple, básicamente, dos funciones: optimizar el funcionamiento y alargar la vida útil. ¿Cómo lo hace? Al generar una capa entre diferentes componentes mecánicos, evita el rozamiento directo de las superficies involucradas en el mecanismo, facilitando los movimientos y reduciendo el desgaste.
El lubricante normalmente previene el roce metálico, pero si hay micro roturas de la película lubricante, puede ser el comienzo del fin para las piezas y para el aceite. Para cumplir eficientemente con su misión, el lubricante debe ser seleccionado con mucho cuidado, considerando los materiales y las condiciones en las que la máquina estará funcionando.
Sin embargo, hay factores que pueden inhibir a un lubricante de cumplir adecuadamente su función. Uno de ellos es la contaminación, una anomalía que puede producir que se reduzca la vida útil de un equipo o sistema, ya sea por mayor desgaste o fallas que lleven a roturas, además de producir un mal funcionamiento.
Tan diversos y ocultos pueden ser los procesos que conducen a la contaminación del lubricante, que un fabricante líder global lo llamó “el asesino silencioso”
Podemos clasificar los tipos básicos de contaminación de esta manera:
Suciedad. Si el lubricante no está almacenado correctamente o, el ambiente en el que se da servicio al equipo, se ensucia con partículas sólidas, podrían introducirse entre las piezas causando abrasión o desgaste prematuro.
Partículas metálicas. Ya sea por virutas provenientes de restos de fabricación del equipo, embalaje o por el desgaste propio del funcionamiento, pueden quedar elementos potencialmente muy dañinos que reducen la eficiencia del aceite, ya que se mueven por todo el equipo, cargados en el flujo de lubricante.
Productos químicos. Éstos pueden afectar la estabilidad estructural de la red de hidrocarburos, la viscosidad del lubricante, promover su oxidación y degradación del aceite y los materiales. Cualquier sustancia ajena a la composición original, seguramente afectará el cumplimiento de la función de lubricación esperada. Esto incluye tanto productos de proceso (como fluidos de corte) como combustible no quemado, entre otros potenciales agresores.
Agua: Es uno de los contaminantes que más incide en la pérdida de eficiencia de los lubricantes y, por lo tanto, quien más puede afectar a las piezas lubricadas. El agua puede haberse incorporado durante la manipulación de los tambores, envases o graneles antes de ingresar al equipo o durante la operación. Existen tres formas para definir la presencia de agua en el aceite: en forma libre, solubilizada o emulsionada. En todos los casos, disminuye la capa lubricante necesaria para el correcto funcionamiento de los mecanismos, su protección y refrigeración. El aceite, con el agua, también se oxida, generándose así otro factor de daño.
Contaminación cruzada: Es cuando aparece en el lubricante en uso un “alienígena” otro producto que no debió haber llegado allí. Y son muchas las alternativas por las que se puede producir:
En transporte de graneles hubo errores en la descarga y quedaron en las cisternas productos contaminados, que irán ingresando a los equipos si no se advierte el error
Algún operario hizo un relleno con otro aceite existente en el almacén, al que tomó por error
Se utilizaron recipientes de trasiego mal identificados y el aceite se contaminó con un lubricante incompatible
Los integrantes del sector encargado de la confiabilidad de mantenimiento, son los encargados de programar las acciones que tienden a minimizar los casos de contaminación. Si no cuenta con un sector dedicado a esta tarea, le recomiendo crearlo. Se juega la vida de sus equipos si no lo hace.
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La ingeniería líquida es la disciplina desarrollada por Castrol para estudiar y diseñar los productos que más protegen a los motores y otros mecanismos móviles con rozamiento.
Las buenas prácticas indicadas por esta especialización indican la importancia de elegir un aceite adecuado para cada equipo, cuidando que su viscosidad, aditivos, volumen, y otras características sean los adecuados a la temperatura, velocidad y presión de trabajo en cada caso. Para minimizar el daño por contaminantes, las 8 principales recomendaciones incluyen:
Realizar un flushing o lavado del sistema cuando se incorpora un equipo nuevo. Con el objetivo de eliminar cualquier resto de viruta o aceite de preservación que haya quedado remanente desde el proceso de fabricación o su traslado.
Filtrar el aceite nuevo. La filtración del aceite nuevo es una práctica extendida en aplicaciones que necesitan un alto grado de limpieza, como turbinas o sistemas hidráulicos con mecanismos de precisión. En muchas operaciones mineras, el aceite de motor también es filtrado con sistemas de recirculación dentro de tanques que lo almacenan a granel.
Colocar los filtros de aceite adecuados y reemplazarlos periódicamente. La selección de filtros es una ciencia en sí misma, y su correcto reemplazo midiendo el diferencial de presión asegura que siempre el sistema esté protegido
Colocar y mantener filtros de aire en los respiraderos. Esta es una muy buena práctica para evitar que el polvo ambiental, así como la humedad, ingresen al sistema
Mantener las presiones del sistema dentro de valores normales: de manera de evitar la rotura de sellos que faciliten el ingreso de contaminantes.
En el caso de motores diésel, mantener adecuadamente los inyectores. De manera de evitar que goteen combustible, que va directamente a contaminar al aceite
Seleccionar el lubricante adecuado. De manera de evitar la contaminación asociada con las partículas de desgaste anormal provocadas por aceites incorrectos
Etiquetar adecuadamente todos los envases. Con el propósito de evitar errores humanos que provoquen contaminación cruzada
Además, es fundamental cumplir con los recambios de aceite calculados y proyectados previamente; incluso, si se denotan insuficientes, habrá que hacer las adecuaciones pertinentes.
Estas son solo algunas recomendaciones, por favor comparta con nosotros las que considere que puedan complementar este artículo con sus opiniones.
Asimismo, es necesario ser cuidadosos al añadir, comprobar niveles o sustituir los aceites. Es altamente recomendable realizar análisis de los aceites lubricantes como los de acidez, viscosidad, contenido de agua, infrarrojos o contenido de metales para realizar diagnósticos más precisos que orienten las tareas de mantenimiento preventivo para reducir costos y aumentar la eficacia operativa.
¿Listo para extender la vida útil del lubricante y evitar daños en las maquinarias?